martes, 20 de noviembre de 2012

Comentando a Denise


Debido a la cercanía del primero de diciembre, es lógico que se haga un análisis del sexenio anterior y una proyección del futuro con base en lo que deja el gobierno de Calderón. Denise Dresser nos regala una columna interesante donde hace un ejercicio de proyección mediante el cuestionamiento de lo escrito por Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín en su artículo “Mexico´s Age of Agreement”.
En la primera parte del artículo se muestra positiva y comparte lo dicho por Castañeda y Aguilar Camín acerca del progreso de México, país en vías de mejorar por medio de las reformas propuestas por Enrique Peña Nieto donde se va a apoyar a los mexicanos que se caracterizan por ser consientes, exigentes, demandantes y demócratas. Se habla de un futuro prometedor con la base de un PRI nuevo, cambiado y obligado a cumplir por todas las evidencias de su pasado y por la participación de una sociedad politizada. Los autores del artículo hacen énfasis en la sociedad PRI-PAN y lo fundamental de compartir una agenda por parte de ambos partidos.
La extensa exposición sobre un México “perfecto” es cortada tajantemente por Denise al mostrar las ganas de que todo lo escrito por estos personajes fuera cierto. La falta de consenso entre las distintas partes políticas es el claro ejemplo de lo difícil que será para Peña Nieto aprobar sus reformas, al igual que gobernar cómodamente y cambiar el rumbo tanto político como económico, cuyo propósito actual es conservar el status quo. El hecho de haber pactado con distintos poderes fácticos obliga a Peña Nieto a gobernar de acuerdo al interés de unos cuantos lo que provoca un acorralamiento difícil de superar.
Para que se pueda llevar a cabo el proyecto del que hablan Castañeda y Aguilar, es necesario que se conjunten una serie de sucesos poco probables. Habría que desmantelar toda la red de intereses generadas por el mismo Peña Nieto para llegar al poder, así como sucedió con Calderón quien al final pago un precio político muy alto. Una vez más tendremos un presidente atado de pies y manos.